

Para los jinetes tener conciencia corporal es doblemente necesario porque es el cuerpo nuestra manera de mandar el mensaje indicado al caballo, en el momento preciso. Y por otro lado, el cuerpo es el receptor de los mensajes del caballo, a través de la sensibilidad y los mecanismos de la introcepción, propiocepción y exterocepción.
Estar en presencia completa, como este observador-participante; que experimenta, siente, ejecuta y piensa, todo al mismo tiempo.