Cultivando la Inteligencia Emocional: el motor invisible del éxito en el deporte
La Inteligencia Emocional (IE) es una poderosa herramienta indispensable para quien desee trascender sus límites en la competición deportiva. Es la habilidad para reconocer, entender y gestionar nuestras propias emociones y las de los demás. En un mundo donde las emociones intensas están tan presentes como los entrenamientos diarios, cultivar la IE se convierte en un recurso poderoso para acercarse a esa grandeza deportiva y personal tan anhelada.
Esta habilidad va más allá de calmar el enojo, la ansiedad, la frustración o cualquier otra emoción al hacer deporte; este tipo de inteligencia está conectada con la búsqueda de nuestros objetivos y con la posibilidad de lograr cambios en nuestra vida.
En esta entrada al blog de Yolístico hablaremos de por qué la Inteligencia Emocional es el motor invisible que impulsa el éxito en el deporte.
Dos conceptos que te ayudarán a entender mejor la Inteligencia Emocional
1. La rueda de la emoción
Este concepto nos ayuda a comprender que las emociones básicas que tenemos son energía con un mensaje especial para el cuerpo, pero que nuestra capacidad de pensar y reflexionar las puede volver más complejas.
El profesor Robert Plutchik, quien diseñó este modelo, nos invita a imaginar las emociones como los rayos de una rueda de la fortuna. En el centro están las emociones primarias, como el miedo, la alegría y la tristeza. A medida que te alejas del centro, las emociones se vuelven más complejas porque se combinan con pensamientos, valoraciones e interpretaciones, y así surgen una gama muy amplia de sentimientos. Conocer esta rueda te permite etiquetar y comprender mejor tus emociones, un paso esencial para manejarlas eficazmente.
2. La ventana de tolerancia
El Dr. Dan Siegel explica que nuestra capacidad de lidiar con las emociones, el estrés y la presión, tiene un límite individual que se llama “ventana de tolerancia”. Mientras estamos dentro de esta ventana somos hábiles en el manejo de las emociones incluso cuando estamos estresados, tristes o enfadados. Esto es porque nuestro “cerebro pensante” logra controlar al “cerebro emocional”. Pero cuando las demandas superan esta ventana, nuestra capacidad de pensar y regularnos se vuelve torpe, y las emociones toman el control.
Es nuestra “zona de confort emocional”, y el tamaño de esta ventana depende de qué tanto logramos mantener la calma física y mental mientras estamos expuestos a situaciones que alteran nuestras emociones.
Una persona que es resistente en situaciones intensas, tiene una ventana amplía. Y para lograr ampliar nuestra capacidad de manejo de las emociones, se requiere mayor consciencia de ellas, conocer cómo mi cuerpo reacciona ante las situaciones incómodas, y trabajar con la intención de poner en práctica las técnicas de relajación y autorregulación, en favor de mis objetivos.
Construyendo cimientos sólidos: la base de la Inteligencia Emocional
En el corazón de la Inteligencia Emocional yace la habilidad de conectar con nuestras propias emociones, esto significa sentirlas e identificarlas. Después es necesario comenzar a regularlas y transformarlas para usar la energía emocional a tu favor.
A continuación te daremos algunos consejos para ejercitar tu IE:
Consejo 1: Empieza por un autoanálisis emocional.
Piensa en la última vez que tuviste una emoción difícil de manejar en una competencia y responde.
-¿Puedo reconocer las primeras señales que me envía el cuerpo?
-¿Qué significan estas sensaciones?
-¿Qué suelo hacer con estas sensaciones?
Reconocer estas emociones no solo es una señal de autenticidad, sino también un primer paso hacia el control emocional.
Consejo 2: Conéctate con tus emociones.
Te invito a que antes de pisar el terreno de juego o la pista de competición, te tomes un momento para sintonizar tus emociones.
-¿Sientes nervios, emoción, ansiedad?
-¿Qué puedes hacer para manejarlo?
Reconocer estas emociones te dará una ventaja para anticipar al efecto que pueden tener en tu desempeño y comenzar a planear como regularlo.
Consejo 3: Entrena la auto-regulación.
La auto-regulación es clave para mantener el equilibrio en situaciones de alta presión. Aprende y practica continuamente técnicas de respiración profunda, relajación, control mental y visualización.
Cuando sientas que las emociones comienzan a superarte, detente y haz respiraciones profundas. Puedes hacer ejercicios de relajación corporal para también controlar hacia dónde diriges tu mente. Visualiza cómo llega a ti la calma que necesitas para superar los desafíos.
Consejo 4: Empatía y comunicación asertiva.
La IE no solo se trata de gestionar emociones internas, sino también de comunicarlas efectivamente. Aprende a expresar tus pensamientos y sentimientos de manera asertiva, respetando tus necesidades pero sin afectar las necesidades de los demás, siendo empático con quien esté involucrado y evitando conflictos innecesarios.
Mejorando la comunicación con tu entrenador y compañeros de equipo, ayuda también a reducir las fuentes de estrés y otros detonadores de emociones intensas, es un círculo virtuoso que crea un ambiente de confianza, respeto y colaboración.
Consejo 5: Actitud positiva ante la adversidad.
Los obstáculos son inevitables en el deporte. Nosotros podemos elegir cómo reaccionar ante ellos. Está bien tomar un tiempo para procesar las experiencias y las emociones de tristeza o frustración que puedan surgir.
Pero es importante recordar que mirar la adversidad como una oportunidad de aprendizaje y de crecimiento, te permitirá activar las emociones de lucha y una actitud positiva ante ellas. Si logras transformar tus emociones, puedes volverlas aliadas hacia tus metas.
¿En qué ayuda la Inteligencia Emocional?
Estas habilidades básicas son el inicio para comenzar a usar tus emociones como aliadas en la búsqueda de tus objetivos.
Cuando logres ser más consciente de lo que sientes y de cómo reaccionas ante ello, podrás decidir cómo quieres actuar. Si tus reacciones emocionales te alejan del lugar al que quieres llegar, será necesario aprender a reaccionar diferente.
La misión final de la inteligencia emocional es disfrutar la práctica deportiva, por ello, ser optimistas aunque se presente la adversidad y perseverar a pesar de las dificultades, son las mejores muestras de esta capacidad.
En el emocionante mundo del deporte, la Inteligencia Emocional es tu arma secreta. Cultivarla te permitirá superar obstáculos, conectarte mejor con tu equipo y alcanzar un nivel de rendimiento que antes solo podías soñar. Empieza hoy mismo, trabaja en tus habilidades emocionales con la misma pasión que pones en tu entrenamiento físico, y observa cómo tu éxito alcanza nuevas alturas
¡Recuerda, eres más fuerte de lo que crees, dentro y fuera del campo!