La salud mental y la carrera de los deportistas de élite

Mayo es el mes de la conciencia por la salud mental; por lo que en esta entrada hablaremos acerca de la salud mental de los atletas. 

La salud mental se refiere al bienestar emocional, psicológico y social de una persona. Es fundamental, ya que influye en nuestra forma de manejar el estrés, relacionarnos con los demás y tomar decisiones. Así, la salud mental abarca desde la gestión de las emociones y el manejo del estrés hasta el tratamiento de trastornos mentales y la promoción de la resiliencia psicológica.

En el contexto del deporte, la salud mental no solo afecta la capacidad de un atleta para rendir al máximo nivel, sino que también impacta en su motivación, resistencia al entrenamiento, recuperación y la manera en que enfrenta tanto los éxitos como los fracasos. Una mayor salud mental puede favorecer mayor satisfacción con las actuaciones deportivas, mayor gozo y disfrute de su disciplina, una carrera deportiva más larga, además de favorecer el desarrollo personal fuera del deporte.  

Desde 2019, en el marco del Foro Internacional de Atletas, la salud mental ha estado en la agenda del mundo del deporte. En 2022, el Comité Olímpico Internacional incluyó un servicio de asistencia telefónica con el fin de apoyar profesional y confidencialmente a los atletas sobre temas de salud mental durante y después de los juegos olímpicos.

En los últimos diez años, varios atletas de élite han sido abiertamente francos sobre sus luchas con la salud mental, ayudando a disminuir el estigma y promoviendo la conciencia sobre el tema. Por ejemplo, Michael Phelps, el nadador olímpico más condecorado de todos los tiempos, ha hablado abiertamente sobre su batalla con la depresión y la ansiedad, destacando la importancia del apoyo psicológico y la terapia. Simone Biles, gimnasta estadounidense y múltiple medallista olímpica, se retiró de varias competencias durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 para centrarse en su salud mental, un acto que fue ampliamente visto como un momento decisivo en el deporte profesional. Además, el tenista Novak Djokovic ha compartido cómo técnicas como el mindfulness y la meditación han sido cruciales en su preparación mental para los torneos. Estos ejemplos han inspirado a otros atletas a priorizar su bienestar mental y buscar ayuda cuando es necesario, cambiando la percepción de la salud mental en el deporte de alto rendimiento.

La intervención de psicólogos deportivos y psicólogos clínicos especializados en deporte, ha contribuido a que los deportistas de élite cuenten ahora más que nunca, con estrategias y apoyo para mejorar la gestión del estrés cotidiano, los conflictos de la vida personal, así como trastornos que pueden estar normalizados en el deporte, como los relacionados con la conducta alimentaria. La salud mental va más allá de prepararse mentalmente para los desafíos de las altas competencias, no solo es ayudar a mejorar el rendimiento, sino también la calidad de vida fuera del ámbito deportivo. 

Es fundamental que tanto entrenadores como atletas integren prácticas sencillas de salud mental en sus rutinas de entrenamiento. Muchas de ellas son de tipo preventivo, con el fin de reducir la posibilidad de problemas en el futuro.  Esto puede incluir sesiones regulares con psicólogos deportivos, crear redes de apoyo y espacios para el intercambio y comunicación de sus experiencias como atletas, así como aprender estrategias de afrontamiento personalizadas. Fomentar un ambiente en el que se hable abiertamente sobre la salud mental es vital para un equipo exitoso.

Aquí algunas sugerencias:

	Para atletas:	Para entrenadores:
Educación continua sobre salud mental	Participar en talleres y seminarios sobre salud mental puede proporcionar herramientas útiles para conocer más sobre las influencias en el estrés y otros desafíos emocionales propios del alto rendimiento.	Capacitarse en primeros auxilios psicológicos y otras técnicas de apoyo emocional para estar mejor preparados para ayudar a sus atletas en situaciones de crisis.
Establecimiento de metas realistas y chequeos regulares	Establecer objetivos realistas y alcanzables, con revisiones periódicas, puede evitar la frustración y el agotamiento. Es crucial que los atletas se sientan progresar sin presionar demasiado.	Implementar reuniones regulares uno-a-uno con los atletas para revisar no solo metas físicas sino también emocionales y ajustarlas según sea necesario.
Promoción de un entorno de apoyo	Desarrollar una red de apoyo con compañeros, familiares y profesionales que entiendan los desafíos específicos del deporte puede ser muy valioso.	Crear un clima de equipo que fomente la comunicación abierta y confianza, para generar la sensación de seguridad para expresar sus preocupaciones y buscar ayuda.Atender y resolver los conflictos internos de manera pronta y efectiva para evitar más fuentes de estrés.
Incorporación de profesionales de salud mental en los equipos deportivos	Programar visitas con psicólogos deportivos para desarrollar herramientas para monitorear los estados de ánimo, niveles de presión y cómo manejarse ante situaciones inesperadas.	Contar con un directorio de especialistas a quienes se puedan canalizar a los atletas en caso de necesitar apoyo psicológico. Asegurarse de que el acceso a asesoramiento psicológico sea fácil y sin estigma para todos los miembros del equipo.