Jinete: ¿tus expectativas están afectando tu rendimiento?
Los deportes ecuestres son más exigentes desde el punto de vista mental de lo que nos atrevemos a reconocer. Una de las principales razones es que, quienes practicamos este deporte, montamos con altas expectativas en mente y vamos creando una serie de objetivos en nuestra cabeza que queremos cumplir.
Dichas expectativas son una mezcla de ideas entre:
- lo que nosotros esperamos conseguir;
- lo que nuestro entrenador piensa que debemos conseguir;
- y lo que nuestras familias, amigos e incluso el público cree que vamos a conseguir.
No cabe duda de que sin expectativas no habría motivación ni progreso, pero nuestra salud mental depende en gran medida de que consigamos regularlas.
Cuando las expectativas son altas, también lo es la presión; y la presión afecta nuestra confianza, y sin confianza es más probable que se produzcan consecuencias negativas.
Dicho lo anterior, los jinetes necesitamos desarrollar una fortaleza mental que nos permita sentirnos confiados, equilibrados y en control de nuestro desempeño.
5 recomendaciones para controlarlas
El trabajo psicológico puede ser muy complejo sin una guía, pero es una parte fundamental del entrenamiento y desarrollo de todo buen jinete. Una mala gestión de las expectativas —independientemente de quien las haya establecido—, puede boicotear el estado óptimo de la mente de un jinete.
Los jinetes debemos trabajar en nuestra fortaleza mental para enfocarnos, no en las expectativas de resultado sino, en lo que debemos ejecutar para tener mejor rendimiento deportivo.
Algunos hábitos que recomendamos incorporar a la preparación mental para las competencias son:
1. Controla tus propias expectativas. Evita compararte con los demás y márcate objetivos sencillos (como mantener una cadencia constante de principio a fin del recorrido). Esto te ayudará a aumentar tu confianza, ya que estarás en control de tus acciones y podrás centrarte en tener una buena ejecución en lugar de preocuparte por el resultado final.
2. Sé consciente de cuándo tu mente se desvía. Cuando esto te suceda, en lugar de molestarte mantén la calma y toma un respiro que te ayude a volver a enfocar tu atención a la situación actual.
3. Analiza tus acciones al final de cada competencia. Al revisar tu recorrido, podrás identificar lo que sucede en tu mente en cada etapa; así como buscar las señales que puedan indicar si es que aumenta tu ansiedad.
4. Deja a un lado la mentalidad de «tengo que». Estas afirmaciones están orientadas a los resultados y sólo aumentan la presión y la ansiedad. En su lugar, pregúntate «¿qué puedo hacer para?» y enfócate en tu rendimiento.
5. Recuerda que tu caballo y tú forman un equipo. Es importante que, si se enfrentan a condiciones que no son favorables y están fuera de tu control —como por ejemplo si hace demasiado viento o el público es muy ruidoso— es recomendable ajustar los objetivos. Establecer un objetivo más realista para ese día en particular, permite que el caballo encuentre el éxito al superar la adversidad, aunque no se logre la expectativa que tenías al principio.
Los deportes ecuestres son muy competitivos y querer ganar es algo natural. Sin embargo, el progreso no es lineal. Es necesario moderar las expectativas y la presión que ejerces sobre ti mismo, para tener la oportunidad de competir sin tanto peso sobre tus hombros.
Si quieres mejorar tu fortaleza mental o quieres comenzar a aprender a gestionar el estrés, la ansiedad y el miedo, escríbenos para participar en nuestros próximos talleres para jinetes.